La malformación de Chiari es una afección donde el tejido cerebral se extiende hacia el canal espinal. Esto pasa cuando parte del cráneo es anormalmente pequeño o deforme, presionando el cerebro y forzándolo hacia abajo.
Según la anatomía del tejido cerebral que se desplaza hacia el canal espinal, existen tres tipos de malformación de Chiari con diferentes síntomas.
En la malformación de Chiari tipo I, los signos suelen manifestarse durante la infancia tardía o la edad adulta. Los síntomas más frecuentes de esta afección suelen ser dolores de cabeza y cuello, problemas de equilibrio, mala coordinación con las manos, entumecimiento y hormigueo de las extremidades, mareos, dificultades para deglutir y problemas con el habla. No obstante, estos no son los únicos indicios de que se sufre esta patología.
En la malformación de Chiari tipo II, una mayor cantidad de tejido se extiende hacia el canal espinal en comparación con la malformación de Chiari tipo I. Los síntomas que afectan a este tipo de afección son los cambios en el patrón respiratorio, problemas para deglutir, movimientos oculares rápidos hacia abajo y debilidad en los brazos.
La malformación de Chiari tipo III es la forma más grave de la afección. Se produce cuando una porción de la parte posterior inferior del cerebro (cerebelo) o el tronco encefálico se extiende a través de una abertura anormal en la parte posterior del cráneo. Esta enfermedad posee una tasa de mortalidad más alta y suele provocar problemas neurológicos.
El tratamiento de la malformación de Chiari depende de la forma, la gravedad y los síntomas asociados. El monitoreo regular, los medicamentos y la cirugía son opciones de tratamiento. En algunos casos, no se necesita tratamiento.
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