La radiofrecuencia trigeminal es una cirugía poco invasiva que consiste en reducir la transmisión del dolor producido por el nervio trigémino (pese a no eliminar el malestar por completo), a través de ondas electromagnéticas de alta frecuencia.
La neuralgia del trigémino es una patología crónica, que afecta mayormente a las mujeres a partir de los 50 años. Se trata de un dolos intenso y episódico en la cara y se origina por estímulos táctiles sobre el rostro u otras actividades como masticas, hablar, bostezar…
La resonancia magnética cerebral es la prueba más confiable para encontrar las principales razones de la neuralgia del trigémino, que suele ser la compresión neurovascular. La compresión en la arteria cerebelosa superior es la principal causa de esta patología, seguida de la compresión de la arteria cerebelosa anteroinferior. Sin embargo, la irritación mecánica sobre el nervio puede estar causada por otros motivos como la irritación por químicos, el VIH o la esclerosis múltiple, entre otras. Si la patología está motivada por alguna de estas razones, la descompresión quirúrgica no ofrece ninguna mejoría.
La intervención para la radiofrecuencia trigeminal es un tratamiento percutáneo guiado con radiología. Es decir, durante este procedimiento se introduce una aguja de punta activa desde el lateral de la comisura bucal, y por el interior de la mejilla, hasta la cavidad craneal por el foramen oval. Tras colocar el utensilio médico, se procede a la termocoagulación de la rama afectada del trigémino a 65-70ºC durante 60-90 segundos, hasta en 3 ocasiones.
La principal ventaja de este procedimiento es que es muy breve y no requiere ingreso hospitalario ni rehabilitación ni fisioterapia. Por lo tanto, el paciente puede introducir este tratamiento en su vida, sin alterar mucho su rutina.
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