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Cirugía Neurológica

Resección tumoral

¿Qué es la resección tumoral?

La resección tumoral es un tipo de proceso quirúrgico parecido a la biopsia cerebral. Esta cirugía se realiza para eliminar del resto del tejido cerebral un tejido tumoral.

 

No obstante, no todos los diagnósticos de tumores cerebrales se tratan con una resección tumoral. Existen multitud de masas tumorales que son difíciles de diferenciar claramente del tejido cerebral y marcar un límite definido, por lo que una operación de este calibre podría provocar secuelas neurológicas severas. Este es el caso de los linfomas cerebrales primarios o los gliomas de alto grado difusos con una sección afectada del cerebro muy extensa.  

 

Asimismo, si la lesión está algo más localizada, per se encuentra en una zona del cerebro vital o profunda, los cirujanos optan por una biopsia mínimamente invasiva como tratamiento alternativo a la quimioterapia o la radioterapia.

 

El tumor cerebral más frecuente en adultos es la metástasis. La metástasis no es un tumor propiamente dicho, sino que se trata de un foco tumoral procedente de un tumor maligno en otro órgano a distancia y cuyas células han llegado al cerebro a través de la sangre. Dependiendo del tipo de metástasis, su extensión, su localización y el riesgo, puede ser de utilidad una resección cerebral frente a otros tratamientos.

 

Otra clase de masas tumorales que afectan a los individuos adultos son los tumores primarios, donde los gliomas o astrocitomas son los más frecuentes. Al igual que ocurre con la metástasis, siempre que el estado del paciente y la localización del tumor lo permitan, se realizará la intervención para menguar la presión cerebral y el resto de síntomas que provocan en el paciente.

 

En el caso concreto de los tumores primarios, se suele recurrir a una resección macroscópica completa, porque estos tumores tienen células malignas aisladas en focos microscópicos a poca distancia del cuerpo del tumor. Es posible que está cirugía se complique, cuando el tumor afecta a ambos hemisferios cerebrales, dado que la enfermedad afecta a ambas partes del cerebro.

 

Los gliomas o astrocitomas no son los únicos tumores primarios. Los oligodendrogliomas, los ependimomas los subependimomas y sus variantes, los neurinomas, los tumores originados en células embrionarias remanentes y otros que se forman en los tejidos de soporte del cerebro son tipos de tumores primarios que pueden tratarse también tratarse sin una resección. Sin embargo, dependiendo de las condiciones del paciente, sus síntomas y su decisión podrían intervenirse.

¿Cómo es la intervención para la resección tumoral?

La cirugía cerebral es un procedimiento que comienza con la apertura del hueso craneal para tener mejor acceso a la zona donde se encuentra el tejido tumoral. Para ello, se quita un pequeño trozo del hueso que al finalizar la operación volverá a colocarse en su lugar (craneotomía) o no (craniectomía), según requiera el caso. En las situaciones en las que no se vuelve a reinsertar el fragmento óseo, se realizará el cierre del cráneo con el implante de una cobertura protésica (craneoplastia).

Seguidamente, al levantar el hueso, se encuentra la duramadre, la membrana más gruesa de las tres que recubren el cerebro y, que también se deberá abrir, para poder trabajar con el tejido cerebral. Dependiendo del tipo de tumor, se buscará en la zona correspondiente donde nace. Esto es, en el caso de los meningiomas, se buscará en la zona de los meninges para poder eliminarlo o al menos coagular su base de implantación, si resultase peligroso para el paciente la extirpación de la masa cerebral.

Por otra parte, si el tumor más profundo se trata de una patología fuera del tejido cerebral, localizada en los ventrículos o cisternas, el procedimiento también cambia. Este podría ser el caso de los neurinomas, que para su correcta intervención, el cirujano deberá desplazarse con ayuda de un microscopio o endoscopio, hasta encontrar la zona afectada.

La corticectomía es el procedimiento más indicado para tratar tumores cerebrales no superficiales. Esta intervención consiste en la realización de una apertura en la corteza cerebral, por un lugar donde haya bajo riesgo de producir secuelas en el paciente.

Algunos procedimientos permiten asistencia durante la operación, como es el caso de la neuronavegación. Esta técnica permite al cirujano saber dónde se sitúa con exactitud en el cerebro y le facilita encontrar pequeñas y profundas lesiones.

La monitorización neurofisiológica intraoperatoria es una herramienta imprescindible durante la operación. Esta permite al cirujano conocer si está tratando con un punto elocuente del cerebro o, si por el contrario, es un lugar demasiado delicado para continuar ahí con la intervención.

La resección tumoral quirúrgica tan solo se llevará acabo, si el riesgo es aceptable. Es decir, si el cirujano considera que se encuentra cerca de una zona próxima a la región noble del cerebro, la estimulación directa del tejido le permitirá decidir hasta qué punto es recomendable continuar extirpando el tejido tumoral.

Para tratar algunos tumores es necesario combinar el uso del microscopio con técnicas de contraste y fluorescencia. Este es el caso de los gliomas malignos de alto grado. El uso conjunto de estas técnicas permite optimizar la identificación y el grado de resección de estas neoplasias malignas.

Otras técnicas que se emplean en ocasiones en las intervenciones de resección cerebral son la ecografía cerebral o la endoscopia. A través de la ecografía cerebral intraoperatoria, el equipo de la operación consigue localizar cuerpos tumorales en tiempo real. Por su parte, la endoscopia posibilita el acceso a regiones profundas y poco accesibles.

La recuperación de esta operación es muy variada. Según el estado de ánimo previo de la persona intervenida, el tipo y la agresividad de la cirugía, el paciente puede ser autónomo desde el comienzo o, por el contrario, necesitar el apoyo de fisioterapia, sobre todo, en los casos donde hay pérdida de fuerza o inestabilidad al caminar. Sin embargo, es beneficioso para todos los intervenidos realizar los ejercicios de rehabilitación destinada a recuperar la masa muscular perdida durante el proceso.

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