Escoliosis

Los síntomas de la escoliosis dependen de su gravedad. Generalmente, los niños que sufren de escoliosis no presentan ningún síntoma hasta que son adultos y empiezan a notar dolor. En este punto es cuando se empiezan producir otros problemas asociados.

El dolor en adultos se produce al permanecer mucho tiempo en una misma postura, ya sea sentados o de pie. Estas molestias aumentan con el tiempo por la degeneración de la columna. Además, pueden producirse otros síntomas relacionados con la posición del torso, que afecten al corazón o a los pulmones.

Según la gravedad de la escoliosis, el tratamiento puede variar desde uno conservador hasta la cirugía. En los casos de escoliosis leve, lo más habitual es optar por ejercicios fisioterapéuticos para fortalecer la musculatura y la columna vertebral del paciente.

Si la escoliosis se encuentra en un punto intermedio, se combina el tratamiento de fisioterapia con el uso de corsé ortopédico. El tiempo de uso del corsé se va reduciendo diariamente, cuanto más periodo de tiempo se haya estado usando.

Sin embargo, cuando la desviación de la columna es grave e inhabilitante, los pacientes necesitan cirugía. La intervención de escoliosis consiste en corregir el segmento escoliótico mediante la realineación y la fusión de las vértebras que sean necesarias. La técnica para la corrección consiste en la colocación de tornillos transpediculares, que se conectaran con barras de diferentes aleaciones de metales para conseguir la alineación necesaria de la columna.